octubre 30, 2012

elegirse así....



     La vida tal como nos la contaron de pequeño dista mucho de ser nuestra realidad; más bien es nuestra pesadilla…


No vivimos en un mundo de hadas, ni todo es color de rosa, ni estamos aislados en nuestra propia burbuja, que lindo seria, no…que triste pasarían la vida delante de nuestros ojos, todo igual, sin mayores sobresaltos, sin emociones, sin situaciones que nos acerquen al limite de nuestra propia capacidad y que nos permita aprender de ello.

Es hora que sepamos ver y aprender a ver como son las cosas; ni todos los hombres son iguales, ni todas las “minas” somos histéricas, ni tampoco que solo nosotros somos la excepción de la regla, la que lo vamos a enamorar, la que por nosotras deja la noche, nada, NADA d todo eso es así… No nos subamos en un pedestal tan alto que cuando caigamos nos fracturemos el orgullo…

Los príncipes y héroes son propiedad de Disney, al igual que los ogros y caballeros en armaduras; tampoco existen esas princesas que nos hicieron escuchar hasta el hartazgo de niñas y con el que sodomizamos a nuestras criaturas, ni esas terribles historias de amor, con las que mas d una vez nos dejamos llevar en sueños, o vivimos aferradas a la efímera ilusión que ocurran de verdad. Lamento decirles y decirme que esto NO existe, no existe en la vida real, esos personajes que nos han ilusionado de niñ@s no es más que folclore popular.

Pero en cambio existe otro amor, y para mi mucho mas profundo que ese que inventamos para el afuera, es el amor por uno mismo, no en el modo de soberbia, claro; sino en el modo de quererme a mi misma, y poder querer al otro, a ese hombre/mujer que me espera, a ese amante que me dibuja la sonrisa, a ese ser en el que no solo deposito mi desnudez, sino que me entrego tal cual soy. No solo me ve arreglada, vestida con lo mejor que puedo tener, con un buen maquillaje, sino a la persona que sé que es, a la persona que me brindo y que quizás no tenga ni armaduras, ni corcel en el cual rescatarme, pero si tiene un sueño que compartir conmigo, y que me entrega su desnudez, su interior. Y aun sabiendo que no soy un prototipo de los que veo a toda hora en los medios masivos de comunicación me elige. A veces todo esto coincide con la persona con la que estoy y a veces no, a veces esta en una tercera persona, o en aquella que conocí en una noche, en mi mejor amigo, en mi vecino o en un perfecto desconocido.

Cuanto tiempo perdemos en querer vivir una historia de amor de novela, si sabemos que se acaban en doscientos capítulos, o ciento veinte minutos si es de películas. Y yo no quiero eso, yo quiero a esa persona que me haga vibrar, me haga sentir deseada, no soy una planta ni un adorno, no me conformo con la “foto de feliz parejita” en la postal de navidad, ni me conformo ni me la creo tampoco, elijo no comprarla, porque no se cuanto hay de cierto. Como no todo lo que reluce es oro, tampoco hay que utilizar parámetros para medir nuestra felicidad/infelicidad utilizando la vara ajena.

La realidad es que no vinimos al mundo con un manual, ni con pautas de como vivir nuestra vida, somos seres que venimos incompletos y buscamos la completitud en otro; nadie nos dijo que es lo que esta bien o que esta mal, todo es aprendido culturalmente. La única verdad que hay es que a todos nos gusta sentirnos amadas, deseadas, observadas…así que adelante, a ser felices a vivir la vida, a tratar de remontar lo que tenemos y si no se puede a dar vuelta la hoja y continuar…